miércoles, 22 de julio de 2009

Corazón

Un día él perdió lo que más lo hacía vivir, lo que lo hacía respirar, amar: su corazón. Habia sido robado por una chica que no quería devolvérselo. Él ya no fue el mismo desde entonces. Incluso siquiera cuando pudo recuperar una parte de lo que le pertenecía. Su órgano tan querido y apreciado quedó lleno de arrugas que no pudieron sacarse, borrarse ni olvidarse. Se quedó con algo que fue roto injustamente y abruptamente, con pedacitos muy pequeños pegados con tan sólo recuerdos y frágiles sonrisas que lo hacían estar en punto muerto todo el día, apenas sobreviviendo.

1 comentario:

  1. "Mi delito es la torpeza de ignorar que hay quien no tiene corazón
    Y va quemando, va quemándome y me quema"

    Tanta gente nos lastima... no?

    Besos!

    ResponderEliminar